jueves, 7 de marzo de 2013

Corres


De esas veces en que solo quieres salir corriendo, sin mirar atrás.  Sentir como el viento juega con tu cabello y el frio que recorre tu rostro son las únicas sensaciones que quisieras tener, pero te das cuenta que el dolor en tu pecho con cada paso es más fuerte, sin saber si es causa de la agitación o de lo que estalló al ver tus lagrimas correr.


Aguas profundas y blancas se ponen frente a ti, solo metros de distancia los separan, metros que de caída serían pocos segundos de plena excitación, pero que en tu mente algo sucio traman, el miedo llega por los pies y se cuela a tus ojos que sin pensarlo anhelan dar el salto final.

Te atreves a saltar, el frío ahora es mayor que lo que sientes en el pecho, el ardor en tu garganta cerrada crece con cada grito de aire mudo que sacas, tu cabello, cortina que te ciega baila frente a tus ojos, cristalina el agua que te rodea.

Movimientos en tus piernas que se sientes partes ajenas a tu cuerpo, no recuerdas nada, no te duele nada, no sientes nada, solo el vacío sincero de lo que no puedes entender, de ese estado nulo entre tu cabeza y el cuerpo, de las ganas de moverte y de saber que sin sentirlo lo estas haciendo… vuelas.

Como si andaras descalzo entre las calles, la arena y el frio pasto se meten entre tus dedos, molesta, duele, lastima en cada paso, pero es menos de lo que frío deja a su paso.


Puedes ver un reflejo en el cielo, tus ojos reflejados en un inmensidad desconocida que te aterra por completo, que te llama a seguir viviendo, que te deja cansado todas las noche para conciliar el sueño y no dejarte jamás, la adrenalina de querer seguir riendo, risas de falsas palabras, ligeras y engañosas que sin pensarlo se hacen parte de las horas de cada uno de tus días, acompañadas de las miradas honestas que tus mismos ojos no quieren aceptar, sonido hueco que dejan las mentiras, pero heridas abiertas de las miradas correctas que gritan verdades que parecen sínicas, pero al final sabes q tus ventanas dicen lo mismo que tus amapolas, cambian las ideas y los hechos, sin saber las consecuencias comienzas a correr de nuevo.